De todos es sabido que habitualmente la imagen que da un museo para una parte de la sociedad es la de un espacio aburrido,elitista, poco entretenido y que no suele resultar atractivo para ir a visitar.
Nuestra labor como educadores debe ser generar una buena experiencia y un aprendizaje sin que esto resulte para nuestros interlocutores algo tedioso.
Sin embargo los y las educadoras o mediadoras muchas veces inconscientemente recalcamos esa imagen.
Una de las ideas que aprendí durante mi estancia en Bata Shoe Museum es que a la hora de explicar las normas del museo evitemos imponerlas a través de la negación, puesto que esa actitud genera un rechazo hacia donde vamos. Recordemos que al museo van generalmente de excursión, fuera del colegio y de la rutina, es un momento de ocio y que por lo tanto tratemos de disfrutar al máximo el tiempo que estamos en su interior.
Es por eso que recomiendo repasar las normas a través de otros métodos, por ejemplo, explicando que ocurre dentro del museo, representándolo con juegos o como consideremos más efectivo. Cuanto antes cambiemos el concepto de museo aburrido mejor será la experiencia y por tanto más probable será que las personas que lo visitan quieran repetir.
*Alvaro Juanas Fominaya Educador de Museos y colaborador del Máster en Museos: Educación y comunicación. Universidad de Zaragoza.
Por qué los museos son «aburridos»
De todos es sabido que habitualmente la imagen que da un museo para una parte de la sociedad es la de un espacio aburrido,elitista, poco entretenido y que no suele resultar atractivo para ir a visitar.
Nuestra labor como educadores debe ser generar una buena experiencia y un aprendizaje sin que esto resulte para nuestros interlocutores algo tedioso.
Sin embargo los y las educadoras o mediadoras muchas veces inconscientemente recalcamos esa imagen.
Una de las ideas que aprendí durante mi estancia en Bata Shoe Museum es que a la hora de explicar las normas del museo evitemos imponerlas a través de la negación, puesto que esa actitud genera un rechazo hacia donde vamos. Recordemos que al museo van generalmente de excursión, fuera del colegio y de la rutina, es un momento de ocio y que por lo tanto tratemos de disfrutar al máximo el tiempo que estamos en su interior.
Es por eso que recomiendo repasar las normas a través de otros métodos, por ejemplo, explicando que ocurre dentro del museo, representándolo con juegos o como consideremos más efectivo. Cuanto antes cambiemos el concepto de museo aburrido mejor será la experiencia y por tanto más probable será que las personas que lo visitan quieran repetir.
*Alvaro Juanas Fominaya Educador de Museos y colaborador del Máster en Museos: Educación y comunicación. Universidad de Zaragoza.