Mi experiencia como estudiante del Master en Museos y posterior inserción laboral
Junio de 2001, a punto de licenciarme en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca, un amigo de la facultad me dice que rebusque entre los masters en la Universidad de Zaragoza pues ha descubierto un postgrado en Educador de Museos. Empieza en seis meses y aún tengo tiempo de hacer el CAP.
Enero de 2002. Vienen profesores con perfiles muy diferentes. Mejor. Cuanta más variedad, más se amplían nuestros conocimientos. Casi en cada clase pregunto, discrepo e intento sacar el máximo de provecho de los profesores. Las clases son intensivas. Con los compañeros creamos muy buen ambiente, propicio para el diálogo, la colaboración, el debate, y diferentes tipos de celebraciones y risas, que no comentaré, claro. Mi formación en este estudio me sirvió para sacar muchas conclusiones y plantearme otros muchos interrogantes.
Pude imaginar y teorizar, pero apenas pude llevar ideas a la práctica. Llega el verano y comienza mi trabajo en museos, inicio las prácticas en el MUA de Alicante. Una oportunidad fantástica. Fue fundamental este contacto con la realidad del museo: entresijos del montaje, notas y ruedas de prensa, comentarios de los visitantes, hojas de sala, edición del catálogo, visitas a las exposiciones con estudiantes y adultos. Todo el día haciendo preguntas y apuntando observaciones. Todo el personal me acogió y me trató como uno más. (Ir a p. 2)
Una larga trayectoria de trabajo en museos
Mi experiencia como estudiante del Master en Museos y posterior inserción laboral
Junio de 2001, a punto de licenciarme en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca, un amigo de la facultad me dice que rebusque entre los masters en la Universidad de Zaragoza pues ha descubierto un postgrado en Educador de Museos. Empieza en seis meses y aún tengo tiempo de hacer el CAP.
Enero de 2002. Vienen profesores con perfiles muy diferentes. Mejor. Cuanta más variedad, más se amplían nuestros conocimientos. Casi en cada clase pregunto, discrepo e intento sacar el máximo de provecho de los profesores. Las clases son intensivas. Con los compañeros creamos muy buen ambiente, propicio para el diálogo, la colaboración, el debate, y diferentes tipos de celebraciones y risas, que no comentaré, claro. Mi formación en este estudio me sirvió para sacar muchas conclusiones y plantearme otros muchos interrogantes.
Pude imaginar y teorizar, pero apenas pude llevar ideas a la práctica. Llega el verano y comienza mi trabajo en museos, inicio las prácticas en el MUA de Alicante. Una oportunidad fantástica. Fue fundamental este contacto con la realidad del museo: entresijos del montaje, notas y ruedas de prensa, comentarios de los visitantes, hojas de sala, edición del catálogo, visitas a las exposiciones con estudiantes y adultos. Todo el día haciendo preguntas y apuntando observaciones. Todo el personal me acogió y me trató como uno más. (Ir a p. 2)