La historia es siempre un mundo comprometido para tratarse, una batalla cambia mucho dependiendo del bando que lo cuente y un mismo acontecimiento puede resultar casi irreconocible dependiendo de quien lo narra.
Del mismo modo a la hora de montar exposiciones es muy importante tener claro el mensaje que se quiere transmitir, las obras generalmente suelen tener un significado propio pero es en el conjunto de una colección y en el modo en el que se expone donde adquiere plena definición.
Lamentablemente la historia universal esta marcada por múltiples actos violentos, muchos de ellos recordados en museos. El Peace memorial Museum de Hiroshima, el 11 S Memorial Museum de Nueva York, o los Museos del Holocausto repartidos por distintos países, como el de la Smithsonian Institution, son un fiel testigo de aquellas atrocidades, pero a mi juicio el mensaje que se genera a veces en ellos tiene un fuerte carácter emocional no siempre positivo. Son espacios de recuerdo donde la esperanza aparece fruto de la pesadez del alma producida en el usuario.
Otro ejemplo es el vivido estas semanas en Madrid. Con motivo del XII Aniversario del atentado del 11 de Marzo se han montado distintas exposiciones.
Por un lado la exposición «Trazos y Puntadas para el recuerdo», basada íntegramente en la colección de la Asociación 11 de Marzo, afectados por el terrorismo, muestra a través de las donaciones de diversos artistas y personas una colección cuyo mensaje habla de solidaridad pero también de superar y aprender a seguir adelante.
Por otro lado, en el Museo Nacional de Antropología de Madrid se ha realizado la exposición Once de Marzo, combinando la obra del fotógrafo Eduardo Nave con elementos del Archivo del Duelo, recopilación de objetos entregados en los distintos altares improvisados que surgieron en Madrid, además de un espacio de diálogo entre usuarios y exposición a través de unos acetatos donde escribir y colgar palabras y frases un tapiz de la colección de la asociación 11M donde se pueden hacer nuevas Puntadas que quedarán recogidas en la colección.
El discurso de esta exposición transmite casi en su totalidad una idea de pasado y del presente como reflejo del pasado, apenas hay una muestra de visión hacia el futuro, esto es frecuente en Museos de Historia.
P
or último, la Asociación de Víctimas del Terrorismo instaló en Pozuelo la exposición 11-M la respuesta ciudadana, en este caso son fotografías que muestran la solidaridad de toda la gente que se volcó, desde los sanitarios y miembros de seguridad, a los artistas, deportistas o simplemente aquellos ciudadanos que improvisaron altares en las estaciones llenos de velas, palabras de cariño o juguetes. En este caso incluso hay pantallas con lo retransmitido por distintos telediarios o audio de las principales radios en aquella mañana. Además se han habilitado 2 espacios de interacción entre visitante y exposición, uno donde puedes escribir tu mensaje 12 años después y otro para poner tu lazo negro.
Sin duda el discurso expositivo busca el reconocimiento y agradecimiento a la respuesta social de entonces pero a mi juicio sigue mirando demasiado hacia atrás y muestra poco mensaje de superación o de la realidad presente y el futuro de familias o afectados directos.
En definitiva tan importante es lo que se exhibe en una exposición como el mensaje que se cuenta en el discurso expositivo, en ello radica la emoción que transmite al usuario.
Por eso propongo el trabajo interdisciplinar de los comisarios con los educadores de museo, para compartir ideas y propuestas al discurso expositivo.
*Fotos: 1- «Museo del Holocausto, Smithsonian Institution», 2- «Trazos y Puntadas», 3- «Once de Marzo».
El discurso expositivo, la importancia del mensaje
La historia es siempre un mundo comprometido para tratarse, una batalla cambia mucho dependiendo del bando que lo cuente y un mismo acontecimiento puede resultar casi irreconocible dependiendo de quien lo narra.
Por otro lado, en el Museo Nacional de Antropología de Madrid se ha realizado la exposición Once de Marzo, combinando la obra del fotógrafo Eduardo Nave con elementos del Archivo del Duelo, recopilación de objetos entregados en los distintos altares improvisados que surgieron en Madrid, además de un espacio de diálogo entre usuarios y exposición a través de unos acetatos donde escribir y colgar palabras y frases un tapiz de la colección de la asociación 11M donde se pueden hacer nuevas Puntadas que quedarán recogidas en la colección.
or último, la Asociación de Víctimas del Terrorismo instaló en Pozuelo la exposición 11-M la respuesta ciudadana, en este caso son fotografías que muestran la solidaridad de toda la gente que se volcó, desde los sanitarios y miembros de seguridad, a los artistas, deportistas o simplemente aquellos ciudadanos que improvisaron altares en las estaciones llenos de velas, palabras de cariño o juguetes. En este caso incluso hay pantallas con lo retransmitido por distintos telediarios o audio de las principales radios en aquella mañana. Además se han habilitado 2 espacios de interacción entre visitante y exposición, uno donde puedes escribir tu mensaje 12 años después y otro para poner tu lazo negro.
Del mismo modo a la hora de montar exposiciones es muy importante tener claro el mensaje que se quiere transmitir, las obras generalmente suelen tener un significado propio pero es en el conjunto de una colección y en el modo en el que se expone donde adquiere plena definición.
Lamentablemente la historia universal esta marcada por múltiples actos violentos, muchos de ellos recordados en museos. El Peace memorial Museum de Hiroshima, el 11 S Memorial Museum de Nueva York, o los Museos del Holocausto repartidos por distintos países, como el de la Smithsonian Institution, son un fiel testigo de aquellas atrocidades, pero a mi juicio el mensaje que se genera a veces en ellos tiene un fuerte carácter emocional no siempre positivo. Son espacios de recuerdo donde la esperanza aparece fruto de la pesadez del alma producida en el usuario.
Otro ejemplo es el vivido estas semanas en Madrid. Con motivo del XII Aniversario del atentado del 11 de Marzo se han montado distintas exposiciones.
Por un lado la exposición «Trazos y Puntadas para el recuerdo», basada íntegramente en la colección de la Asociación 11 de Marzo, afectados por el terrorismo, muestra a través de las donaciones de diversos artistas y personas una colección cuyo mensaje habla de solidaridad pero también de superar y aprender a seguir adelante.
El discurso de esta exposición transmite casi en su totalidad una idea de pasado y del presente como reflejo del pasado, apenas hay una muestra de visión hacia el futuro, esto es frecuente en Museos de Historia.
P
Sin duda el discurso expositivo busca el reconocimiento y agradecimiento a la respuesta social de entonces pero a mi juicio sigue mirando demasiado hacia atrás y muestra poco mensaje de superación o de la realidad presente y el futuro de familias o afectados directos.
En definitiva tan importante es lo que se exhibe en una exposición como el mensaje que se cuenta en el discurso expositivo, en ello radica la emoción que transmite al usuario.
Por eso propongo el trabajo interdisciplinar de los comisarios con los educadores de museo, para compartir ideas y propuestas al discurso expositivo.
*Fotos: 1- «Museo del Holocausto, Smithsonian Institution», 2- «Trazos y Puntadas», 3- «Once de Marzo».