Cuando estaba cursando el Máster en Museos: Educación y Comunicación de la Universidad de Zaragoza no tenía muy claro cual iba a ser mi Trabajo Final de Máster (TFM).
Gracias a las tutorias personalizadas comprendí que el TFM debía ser un proyecto realizable a medio o largo plazo, no solo un trabajo académico o un trámite para concluir el Máster sino que podía convertirse en una oportunidad laboral.
Por ello me decidí por algo concreto y realizable: una propuesta educativa para el Museo Arqueológico de Medina Sidonia con el que espero el próximo curso empezar mi profesión como educador. Esta propuesta suponía un reto personal ya que soy Titulado en Historia del Arte por lo que la Arqueología es para mí un campo poco conocido, pero en su desarrollo me permitió plantear un punto de vista distinto de lo que habitualmente se oferta.
Una vez tienes claro el proposito del TFM, la siguiente fase es organizar las ideas a desarrollar y buscar una justificación teórica al respecto, a mi modo de ver es la parte más interesante y compleja: investigar, conocer mejor el estado de la cuestión, las leyes y las bases sobre las que tienes que asentar tu proyecto. Esto es algo fundamental para un educador de museos.
Para ordenar el contenido del TFM recomiendo seguir las directrices que ofrece el Máster, adaptándolas a tu contenido y conseguir hacer un trabajo completo.
La elección de un buen tutor o tutora del Máster, como recomienda el equipo de dirección, es fundamental, ya que será quien supervise tu investigación, te asesore y corrija cada paso, debe ser alguien con experiencia en el ámbito que tienes pensado trabajar y con el que tienes que contar en todo el proceso.
Por último recomiendo iniciar el trabajo antes de finalizar el curso, para aprovechar los importantes fondos de que dispone la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Humanas, del campus de Huesca, que es la sede del Máster. Desde luego tener una dedicación intensa durante los meses que lleva la realización del proyecto, sin perder de vista el plazo de la convocatoria para que no se pase y tener que dedicar más esfuerzo y dinero a su logro.
Es un esfuerzo duro en la recta final pero la recompensa puede ser una puerta para tu futuro laboral como educador.
*Álvaro Juanas Fominaya, Educador de Museos.
El Trabajo Final de Máster: tu oportunidad laboral
Gracias a las tutorias personalizadas comprendí que el TFM debía ser un proyecto realizable a medio o largo plazo, no solo un trabajo académico o un trámite para concluir el Máster sino que podía convertirse en una oportunidad laboral.
Por ello me decidí por algo concreto y realizable: una propuesta educativa para el Museo Arqueológico de Medina Sidonia con el que espero el próximo curso empezar mi profesión como educador. Esta propuesta suponía un reto personal ya que soy Titulado en Historia del Arte por lo que la Arqueología es para mí un campo poco conocido, pero en su desarrollo me permitió plantear un punto de vista distinto de lo que habitualmente se oferta.
Una vez tienes claro el proposito del TFM, la siguiente fase es organizar las ideas a desarrollar y buscar una justificación teórica al respecto, a mi modo de ver es la parte más interesante y compleja: investigar, conocer mejor el estado de la cuestión, las leyes y las bases sobre las que tienes que asentar tu proyecto. Esto es algo fundamental para un educador de museos.
Para ordenar el contenido del TFM recomiendo seguir las directrices que ofrece el Máster, adaptándolas a tu contenido y conseguir hacer un trabajo completo.
La elección de un buen tutor o tutora del Máster, como recomienda el equipo de dirección, es fundamental, ya que será quien supervise tu investigación, te asesore y corrija cada paso, debe ser alguien con experiencia en el ámbito que tienes pensado trabajar y con el que tienes que contar en todo el proceso.
Por último recomiendo iniciar el trabajo antes de finalizar el curso, para aprovechar los importantes fondos de que dispone la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Humanas, del campus de Huesca, que es la sede del Máster. Desde luego tener una dedicación intensa durante los meses que lleva la realización del proyecto, sin perder de vista el plazo de la convocatoria para que no se pase y tener que dedicar más esfuerzo y dinero a su logro.
Es un esfuerzo duro en la recta final pero la recompensa puede ser una puerta para tu futuro laboral como educador.
*Álvaro Juanas Fominaya, Educador de Museos.