Como alumno que acaba de finalizar el Máster en Museos: Educación y Comunicación, se me brinda la oportunidad de compartir mi experiencia en la realización del Proyecto Final de Máster en este blog.
El Trabajo Final de Máster es la última prueba que el alumno debe superar tras los text de evaluación, presentación de trabajos y la realización de las prácticas en el museo que haya escogido. El TFM puede consistir en el diseño de un taller o actividad educativa, de una maleta didáctica o de cualquier otro planteamiento relacionado con la comunicación y/o la educación en museos.
En mi caso, quise perder el miedo a los proyectos de gran envergadura y me entregué por completo al diseño de una exposición temporal sobre rituales funerarios romanos, planificada para ser contenida en la sala de exposiciones temporales del Museo de Zaragoza y apoyada en los restos materiales extraídos de las diferentes necrópolis de época romana de la ciudad.
Ha sido un proyecto que ha conllevado un enorme esfuerzo y trabajo, pero también he de decir que he disfrutado enormemente con su realización, profundizando en un tema que me apasiona y relacionándome con expertos y profesionales que agradezco haber podido llegar a conocer. La beca disfrutada en la comarca del Maestrazgo fue también fundamental en el desarrollo de mis habilidades.
Aunque en ocasiones me preguntaba si aquello que trataba de abarcar me quedaba grande, si no hubiera sido mejor diseñar un pequeño proyecto más sencillo y viable, visto el resultado final y la valoración que desde el máster se ha hecho de él no puedo sino alegrarme de haber seguido adelante con ello.
Desde aquí quiero ofrecer a los estudiantes que ahora deben enfrentarse a su TFM mi ayuda en aquello que pudiera serles de utilidad. Había preparado una serie de consejos, mezcla de aquellos que se nos dan en el máster, los que he podido experimentar durante mi estancia en el MARQ y en la Comarca del Maestrazgo y de aquellos que he aprendido durante la realización de mi proyecto final, pero excedían los límites sensatos de una amena entrada de blog. Es por ello que si alguno tiene interés o curiosidad en escucharlos me tiene a su disposición.
Para finalizar querría animar a todos ellos a que contemplen su TFM no como la última prueba a superar y con la que finalizar sus estudios de máster, sino como la oportunidad que verdaderamente es llevar a la práctica su primer proyecto, en el que volcar todos los conocimientos y experiencia adquiridos.
Dado el enorme esfuerzo y tiempo que el estudiante tiene que dedicarle, además de la parte económica, le recomiendo elaborar algo que pueda ser su carta de presentación en el mundo laboral y que un museo se pueda plantear incluir entre sus ofertas y servicios, aprovechando que ahora cuenta con el respaldo del máster, profesores y un tutor que avalan su resultado final.
*Daniel Marcos Muñoz. Educador de Museos.
Zaragoza, 8 de Julio de 2014.
Orientaciones para un trabajo final de máster
El Trabajo Final de Máster es la última prueba que el alumno debe superar tras los text de evaluación, presentación de trabajos y la realización de las prácticas en el museo que haya escogido. El TFM puede consistir en el diseño de un taller o actividad educativa, de una maleta didáctica o de cualquier otro planteamiento relacionado con la comunicación y/o la educación en museos.
En mi caso, quise perder el miedo a los proyectos de gran envergadura y me entregué por completo al diseño de una exposición temporal sobre rituales funerarios romanos, planificada para ser contenida en la sala de exposiciones temporales del Museo de Zaragoza y apoyada en los restos materiales extraídos de las diferentes necrópolis de época romana de la ciudad.
Ha sido un proyecto que ha conllevado un enorme esfuerzo y trabajo, pero también he de decir que he disfrutado enormemente con su realización, profundizando en un tema que me apasiona y relacionándome con expertos y profesionales que agradezco haber podido llegar a conocer. La beca disfrutada en la comarca del Maestrazgo fue también fundamental en el desarrollo de mis habilidades.
Aunque en ocasiones me preguntaba si aquello que trataba de abarcar me quedaba grande, si no hubiera sido mejor diseñar un pequeño proyecto más sencillo y viable, visto el resultado final y la valoración que desde el máster se ha hecho de él no puedo sino alegrarme de haber seguido adelante con ello.
Para finalizar querría animar a todos ellos a que contemplen su TFM no como la última prueba a superar y con la que finalizar sus estudios de máster, sino como la oportunidad que verdaderamente es llevar a la práctica su primer proyecto, en el que volcar todos los conocimientos y experiencia adquiridos.
Dado el enorme esfuerzo y tiempo que el estudiante tiene que dedicarle, además de la parte económica, le recomiendo elaborar algo que pueda ser su carta de presentación en el mundo laboral y que un museo se pueda plantear incluir entre sus ofertas y servicios, aprovechando que ahora cuenta con el respaldo del máster, profesores y un tutor que avalan su resultado final.
*Daniel Marcos Muñoz. Educador de Museos.
Zaragoza, 8 de Julio de 2014.