«Incluso el más humilde de los objetos materiales, que es producto y símbolo de una particular civilización, es un emisario de la cultura de la que proviene». T.S. Elliot.
Hace algunos días, los estudiantes del Máster en Museos: Educación y Comunicación tuvimos la oportunidad de llevar a la práctica una de las muchas experiencias educativas que se organizan desde el máster, dentro del marco de las actividades docentes que desarrolla Pilar Sada, profesora del módulo de Didáctica de Museos de Arqueología del propio máster. Esta experiencia supuso un elegante ejemplo práctico de cómo, teniendo verdadera pasión por educar y enseñar, se puede hacer una actividad educativa contando con un fondo arqueológico, mucha imaginación y poco presupuesto.
“Pasa la mañana en el teatro” fue la actividad práctica elegida por Pilar Sada, Conservadora de MNAT, para llevar a cabo con los estudiantes de 5º curso de Primaria del Colegio de Educación Infantil y Primaria «El Parque».
En primer lugar, cabe destacar el hecho de que realizar dicha actividad fuera de su ámbito habitual hizo necesaria una mayor improvisación y colaboración por parte de todos los participantes (tanto escolares, como estudiantes del Máster y la propia conservadora). Así, como si del bolso de Mary Poppins se tratara, del carrito didáctico que la profesora trajo del museo surgió el material necesario para desarrollar las tres actividades propuestas. Un impresionante material que nos anima a desplazarnos para conocer in situ el trabajo del museo de Tarragona.
La primera de ellas consistió en la toma de contacto con el alumno y sus conocimientos sobre el teatro romano, colocando en un tablón metálico, en el que aparecía dibujado el Teatro romano de Tarraco, varios imanes que representaban los elementos decorativos que pudieron formar parte de éste.
La segunda actividad, seguidamente, convirtió a los alumnos del Colegio de El Parque en los actores de ese teatro que ellos mismos había “reconstruido”, proponiéndoles hacer una obra titulada “el Fantasma”, ataviados con túnicas y máscaras. Es importante recordar que no conocían de antemano los diálogos de la obra, por lo que nosotros, los educadores del máster, asumimos el papel de apuntadores y, junto a los niños, nos vestimos con las togas de romanos.
Por último, concluimos la jornada con una actividad de manualidades en el aula. En ésta, el alumno de primaria pudo realizar su propia máscara teatral con cartulinas y papel pinocho, fomentando así su creatividad e imaginación, y obteniendo al mismo tiempo un recuerdo de las actividades realizadas durante esa tarde.
Desde mi valoración personal, debo resaltar lo gratificante que ha resultado colaborar en el desarrollo de estos talleres prácticos, y más aún el hecho de que la profesora nos diera la oportunidad de interactuar con un público real; comprobando así las propias fortalezas y debilidades en nuestra formación. Fue, además, un proceso de aprendizaje en feedback, ya que todos los involucrados en ella aprendimos de manera mutua y simultánea, creando una interesante relación simbiótica educador-alumno y comprobando lo gratificante que es el trabajo de educador de museo.
*Yasmina Cano Vaquero. Pedagoga y Estudiante en el Máster en Museos: Educación y Comunicación, Universidad de Zaragoza.
¡Pasa la mañana en el teatro!
«Incluso el más humilde de los objetos materiales, que es producto y símbolo de una particular civilización, es un emisario de la cultura de la que proviene». T.S. Elliot.
Hace algunos días, los estudiantes del Máster en Museos: Educación y Comunicación tuvimos la oportunidad de llevar a la práctica una de las muchas experiencias educativas que se organizan desde el máster, dentro del marco de las actividades docentes que desarrolla Pilar Sada, profesora del módulo de Didáctica de Museos de Arqueología del propio máster. Esta experiencia supuso un elegante ejemplo práctico de cómo, teniendo verdadera pasión por educar y enseñar, se puede hacer una actividad educativa contando con un fondo arqueológico, mucha imaginación y poco presupuesto.
“Pasa la mañana en el teatro” fue la actividad práctica elegida por Pilar Sada, Conservadora de MNAT, para llevar a cabo con los estudiantes de 5º curso de Primaria del Colegio de Educación Infantil y Primaria «El Parque».
En primer lugar, cabe destacar el hecho de que realizar dicha actividad fuera de su ámbito habitual hizo necesaria una mayor improvisación y colaboración por parte de todos los participantes (tanto escolares, como estudiantes del Máster y la propia conservadora). Así, como si del bolso de Mary Poppins se tratara, del carrito didáctico que la profesora trajo del museo surgió el material necesario para desarrollar las tres actividades propuestas. Un impresionante material que nos anima a desplazarnos para conocer in situ el trabajo del museo de Tarragona.
La primera de ellas consistió en la toma de contacto con el alumno y sus conocimientos sobre el teatro romano, colocando en un tablón metálico, en el que aparecía dibujado el Teatro romano de Tarraco, varios imanes que representaban los elementos decorativos que pudieron formar parte de éste.
La segunda actividad, seguidamente, convirtió a los alumnos del Colegio de El Parque en los actores de ese teatro que ellos mismos había “reconstruido”, proponiéndoles hacer una obra titulada “el Fantasma”, ataviados con túnicas y máscaras. Es importante recordar que no conocían de antemano los diálogos de la obra, por lo que nosotros, los educadores del máster, asumimos el papel de apuntadores y, junto a los niños, nos vestimos con las togas de romanos.
Por último, concluimos la jornada con una actividad de manualidades en el aula. En ésta, el alumno de primaria pudo realizar su propia máscara teatral con cartulinas y papel pinocho, fomentando así su creatividad e imaginación, y obteniendo al mismo tiempo un recuerdo de las actividades realizadas durante esa tarde.
Desde mi valoración personal, debo resaltar lo gratificante que ha resultado colaborar en el desarrollo de estos talleres prácticos, y más aún el hecho de que la profesora nos diera la oportunidad de interactuar con un público real; comprobando así las propias fortalezas y debilidades en nuestra formación. Fue, además, un proceso de aprendizaje en feedback, ya que todos los involucrados en ella aprendimos de manera mutua y simultánea, creando una interesante relación simbiótica educador-alumno y comprobando lo gratificante que es el trabajo de educador de museo.
*Yasmina Cano Vaquero. Pedagoga y Estudiante en el Máster en Museos: Educación y Comunicación, Universidad de Zaragoza.
Tags: